Por Ricardo Valseca / 9 12 2022 Los sueños son la gasolina en el monoplaza de Dalia Ramos Guerra, quien, desde pequeña, comenzó a desarrollar un gran amor por los automóviles cuando recibió un carro de Fórmula 1 de juguete, cortesía de su padre. Ese momento marcó el comienzo de un amor que ni Dalia misma sabía que se consolidaría con su llegada a una escudería en el máximo circuito del deporte motor. Originaria de la Ciudad de México, Ramos comenzó a seguir de cerca, con gran pasión, las carreras de Fórmula 1, siendo el Autódromo Hermanos Rodríguez uno de sus lugares favoritos para visitar. Basada en este cariño, decidió estudiar ingeniería en mecatrónica en el Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, pero su hambre de saber más la llevó a tomar la decisión de irse a Inglaterra para estudiar la maestría en Ingeniería y Gestión de Fabricación. Al término de su maestría, comenzó a trabajar en el área de manufactura de Rolls-Royce, pero la vida le tenía preparada una sorpresa que no podría dejar pasar, pues con la renovación de la planta de F1 de Renault y con el objetivo de traer un nuevo significado, valores y colores a la F1, Renault apostó por una reestructuración completa y un cambio de imagen de su escudería, convirtiéndose, a partir de 2021, en Alpine F1 Team. Tras esto, Alpine tuvo que buscar una nueva persona para el puesto de jefe de Build & Test, puesto que cuajaba perfecto con las aptitudes de Dalia, “en cuanto ví el rol, me encantó. Todo mi proceso de reclutamiento empezó con Renault y fue transformándose. Pasaron entre siete u ocho meses desde que yo apliqué hasta que empecé. Cuando llegué, hace un año, ya éramos Alpine”. A su llegada a la nueva escudería, en la temporada 2021, el piloto francés, Esteban Ocon, obtuvo la victoria del GP de Hungría, mientras que Fernando Alonso se subió al podio del GP de Qatar. Con estos resultados alcanzaron los puntos necesarios para finalizar el Campeonato Mundial de Constructores en quinto lugar. Además, duplicaron las ventas de la marca francesa, batiendo récords históricos ese año. Actualmente, Ramos es la responsable de el ensamblaje, las pruebas y la homologación del monoplaza en la fábrica, que es necesario para que esté listo y corra en diferentes circuitos del mundo a lo largo del año. También, está a cargo de otras cuatro áreas, como el “ensamblaje mecánico”, en la que se arman todos los componentes internos del auto, como la transmisión, los frenos, el sistema hidráulico y el sistema de combustible. El “ensamblaje final”, también es parte de sus tareas. Es en esta etapa donde se arman todos los componentes externos del carro, como alerones delanteros y traseros, neumáticos y hasta los asientos, que se diseñan específicamente a la medida de cada piloto. Además de fabricar todas las herramientas que su equipo de carrera utilizará en las paradas de pits. Las “pruebas de validación” también están a cargo de la mexicana. En estas pruebas se revisan todos los componentes internos y externos para garantizar que el monoplaza tenga el desempeño que buscan. Y por si fuera poco, también tiene a su cargo la “coordinación de piezas”, de decir, la logística para que los componentes del auto se envíen a los circuitos donde competirán y luego de regreso a la fábrica, por lo que también es son responsable de dar mantenimiento y garantizar que puedan correr los autos de la Academia Alpine para jóvenes pilotos. A pesar de lo importante de sus responsabilidades, el verdadero reto para Dalia fue construir el monoplaza con el que Alpine competiría en la temporada 2021. Con esta misión, el equipo francés desarrolló un nuevo diseño de automóvil con la finalidad de potenciar los adelantamientos, volviéndose una escudería más competitiva. Lamentablemente, la pandemia retrasó un año su debut, por lo que el nuevo diseño hizo su aparición en la temporada 2022. Con mayor tiempo, la escudería siguió trabajando en el desarrollo del desempeño del vehículo: “En F1 siempre que te dicen que tienes 10 minutos más, son 10 minutos que quieres aprovechar para mejorar el auto. Cuando llegamos a ensamblar sus componentes, fue bastante intenso. Trabajamos los siete días de la semana y en turnos larguísimos. Al final, llegamos a los test de invierno”. Pero su trabajo no termina cuando el monoplaza está en el circuito, pues a lo largo del año se pueden ir implementando modificaciones en sus componentes para mejorar el desempeño de sus unidades. “Generalmente tenemos un plan de lo que va a pasar durante el año, pero este se va volviendo más específico conforme nos acercamos.Sabemos cuándo va a venir un paquete grande de upgrades, pero no exactamente qué va a traer hasta que ya estemos más cerca”. Un año se pasó demasiado rápido en Fórmula 1 por lo que Dalia y Alpine ya se preparan para el 2023, “no terminas una cosa cuando ya estas revisando la siguiente. Incluso con los upgrades que voy a hacer en mi equipo para realizar las pruebas para el siguiente año. Hay que comprar las cosas a tiempo”. Adicionalmente, se encuentra el factor de género, pues en un lugar donde trabajan 850 personas, solo el 11% son mujeres, números que magnifican la dimensión del logro de esta Titán, lo que la llena de satisfacción, “es el orgullo más grande que pueda tener, siempre soñé por hacer algo grande por mí país. Cuando empecé a trazar sueños desde niña no sabía que el hecho de ser mujer iba a ser un factor importante en ello. El orgullo y lo gratificante se multiplica”. Pero el camino no ha sido sencillo, pues como en todo lugar, Dalia ha tenido que sortear diferentes desafíos como “el tener que llegar a un equipo nuevo, de convencerlos, de ganarme ese respeto y esa credibilidad porque al final del día yo venía de una industria diferente. Sin embargo, el reto personal más importante ha sido el estar lejos de mi familia