Por Ricardo Valseca / 02-04-23
El Gran Premio de Australia fue testigo de 11 títulos mundiales en el podio, dos de Max Verstappen quien ganó en el circuito Albert Park, seguido de los siete títulos de Lewis Hamilton y completando el podio, Fernando Alonso, quien ostenta dos campeonatos. Sergio «Checo» Pérez logró escalar a la quinta posición en una carrera sumamente accidentada.
Durante la largada Mercedes desplazó rápidamente a Max Verstappen a la tercera posición con George Russell sorprendiendo al holandés antes de que Lewis Hamilton también sobrepasara al bicampeón del mundo para relegarlo apenas por delante del Ferrari de Carlos Sainz.
Charles Leclerc se convirtió en el primer abandono de la competencia cuando quedó detenido luego de un contacto con el Aston Martin de Lance Stroll provocando el primer coche de seguridad.
La carrera reinició en la cuarta vuelta y Russell despegó respecto a Hamilton, pero el líder de la competencia comenzó a presentar una alta degradación de los neumáticos. Ante esto, Mercedes decidió llamarlo a boxes en un momento donde el Williams de Alex Albon sufrió un fuerte impacto que provocó un segundo coche de seguridad y la bandera roja en carrera.
Hamilton tomó el liderato y comandó al pelotón hasta los pits para permitir las labores de limpieza en el circuito. Verstappen estaba en segundo seguido por Alonso, Stroll y Gasly en el top cinco, esto mientras Russell había caído al séptimo tras su detención previa al igual que Carlos Sainz quien era undécimo después de también entrar en los pits.
Después de 10 minutos la carrera reinició con un nuevo proceso desde la parrilla de salida. Hamilton mantuvo el primer puesto, pero el gusto sólo le duró dos vueltas antes de que Verstappen se acercara y aprovechando el DRS se fuera a la cima de la competencia. El de Red Bull de inmediato colocó 2.7 segundos sobre el Mercedes del siete veces campeón del mundo.
Russell tuvo que abandonar la competencia cuando su unidad de potencia estalló y provocó un Virtual Safety Car. Esto abrió el camino para que Sainz ascendiera al quinto seguido por Stroll, Hulkenberg, Norris, Tsunoda y Piastri cerrando los 10 primeros. «Checo» Pérez se ubicaba 12° por detrás del Alpine de Esteban Ocon.
El mexicano se metió a la zona de puntos a la mitad de la competencia luego de adelantamientos sobre Magnussen, Zhou, Ocon, Piastri y Tsunoda para colocarse noveno. A 15 giros del final, Pérez adelantó a Norris para tomar la octava plaza y de inmediato avanzó al séptimo al no encontrar resistencia del Haas de Nico Hulkenberg.
El grupo se compactó a cuatro vueltas del final cuando un nuevo safety car apareció en pista luego de que Kevin Magnussen golpeó con el muro. Control de carrera decidió lanzar una bandera roja para permitir un reinicio de competencia y abrir la oportunidad a los adelantamientos.
El nuevo reinicio se volvió un caos. Mientras Verstappen mantuvo la primera plaza y Hamilton se ubicó segundo, Fernando Alonso fue víctima de un incidente que lo relegó fuera de los 10 primeros y elevó a Sainz al tercero ante un contacto de los dos españoles.
Al mismo tiempo, «Checo» Pérez se fue de largo en la curva 1 mientras los dos Alpine de Pierre Gasly y Esteban Ocon se tocaban provocando una nueva bandera roja. Verstappen se ubicaba primro seguido por Hamilton, Sainz, Hulkenberg y Tsunoda. Pérez lograba regresar al circuito en décimo.
La situación generó un desconcierto en los pilotos quienes no entendían qué sucedería. Control de carrera decidió reiniciar la competencia detrás del coche de seguridad ordenándolos a los pilotos en las posiciones que ocupaban antes del caos del último reinicio, esto permitía a Alonso mantener el tercer puesto y a Pérez recuperarse dentro de los seis primeros.
Dado que ya no había posibilidad de dar una vuelta limpia, la salida detrás del safety car era únicamente para cruzar la meta en un desfile sin competencia, pero que aún tenía algo de drama dado que Carlos Sainz recibió una penalización de cinco segundos por provocar el contacto con su compatriota.