Por Ricardo Valseca / 12-08-22
El drama en Fórmula 1 se vive también con la salud y seguridad de los pilotos. Este tema se ha visto incrementado ya que varios pilotos han destacado los posibles problemas de seguridad que conlleva el porpoising, efecto provocado por una suma de factores que incluyen una acumulación de carga aerodinámica dentro del coche, el corte del flujo de aire que se genera y los cambios de altura que esto conlleva, lo que conlleva a subidas y bajadas que provocan este efecto en los monoplaza. Para ello, la FIA implementará nuevos límites en cuanto a los rebotes de los coches a partir de la próxima carrera en Bélgica, antes de impulsar cambios en el reglamento para 2023 con el fin de frenar el problema de porpoising que los equipos han encontrado este año.
Toto Wolff, CIO de Mercedes, ha enfrentado con su equipo algunos de los peores problemas de rebote en esta temporada. Un ejemplo de esto, es lo que pasó en Bakú, donde se vio a Lewis Hamilton sujetándose la espalda tras bajarse del coche al final de la carrera.
Wolff advirtió que la FIA no puede permanecer inerte antes los datos que apuntan a los posibles peligros del “porpoising” o rebote, señalando las investigaciones médicas llevadas a cabo con los jugadores de fútbol americano en relación con lesiones en la cabeza después de impactos repetitivos a lo largo de sus carreras.
Wolff fue claro al mencionar que la FIA tiene evidencia médica de los daños cerebrales que puede provocar el porpoising: “Tenemos, y la FIA tiene, puedes preguntarles, análisis médicos, que frecuencias de uno o dos hercios durante varios minutos pueden provocar daños cerebrales a largo plazo. Tenemos de seis a siete hercios durante varias horas”.
Mohammed Ben Sulayem, presidente de la FIA, anunció vía Twitter que el reglamento técnico actualizado para 2023 había sido enviado al Consejo Mundial del Deporte Motor, aunque no está claro si se ha llegado a algún acuerdo con los equipos sobre los cambios en el suelo.