Si hablamos de tenis en el inicio del nuevo milenio, es inevitable mencionar a las hermanas Williams. Venus y Serena, dos tenistas que nos dieron una de las grandes rivalidades del deporte entre “dos mejores amigas”.
Las rivalidades en el deporte son algo muy típico de ver, pero la participación de dos hermanos en un mismo deporte, al mismo tiempo, es raro de ver, ahora bien, la rivalidad deportiva entre dos hermanos en un mismo deporte, al mismo tiempo es algo increíblemente atípico de presencial, y Serena Williams y Venus Williams nos regalaron esta oportunidad de verlas competir en el deporte.
De los barrios de Estados Unidos a las mejores canchas del mundo
Hoy en día es imposible hablar del tenis femenino, y del tenis en general, sin evitar mencionar el apellido Williams, pues en la historia reciente de la WTA, no tuvimos una, sino dos exponentes de la raqueta estadounidense con ese apellido.
Venus y Serena, dos jugadoras que marcaron época a finales de los noventa, y en las dos primeras décadas de los 2000’s, dos iconos del tenis que empezaron desde lo más bajo, en los barrios marginados de California, Estados Unidos.
Sin duda, el gran mérito de que dos chicas afrodescendientes hayan cambiado el mundo del tenis, un deporte que hasta cierto punto se considera “elitista”, se deba a su padre, Richard Williams. Williams padre, creó un plan no solo de entrenamiento para sus dos hijas, sino un plan de vida para que Venus y Serena tomaran una raqueta y con ella pudieran alcanzar el cielo.
Nombradas “Ghetto Cindirellas” por su padre, debido a que entrenaban en los exclusivos campos de Compton, una ciudad con historia racial significativa, ambas debutaron a los 14 años en el tenis profesional, pero con un año de diferencia, Venus en 1994 y Serena en 1995 y ahí comenzó el dominio de las Williams en el circuito WTA.
Solo cuatro años le bastaron a Venus para meterse en el Top 5 de la WTA, pues para 1998, ya figuraba como la quinta mejor tenista del mundo con 18 años, un año después, Venus ya era la tercera mejor, Serena, la cuarta. Para el 2002, Venus y Serena ya se disputaban el primer lugar de la WTA, una batalla que en cada abierto y en cada Grand Slam que se llegaban a enfrentar, definía quien se sentaba en la mesa a la hora de cenar como la mejor del mundo.
Una historia de 31 batallas
Así fue que, desde 1998, primera vez que las hermanas Williams entraban a la cancha de tenis como rivales, hasta 2020, Venus y Serena se enfrentaron 31 veces en partidos oficiales de WTA, siendo la hermana menor, Serena la que se llevó 19 de estos enfrentamientos, siendo la mayor, Venus, la que únicamente pudo ganar en 12 ocasiones.
Dentro de este historial de batallas, las Williams se convirtieron en las primeras hermanas en disputar una final de Grand Slam en la Era Abierta, cuando en 2001 Venus venció a su hermana en el US Open.
Para los años de 2002 y 2003, las hermanas se enfrentaron en cuatro finales de torneos importantes, Roland Garros, Wimbledon, Estados Unidos y Australia, siendo las primeras en enfrentarse en más de dos ocasiones en finales de esta envergadura.
La vitrina compartida de las Williams
La vitrina de la sala de sus padres sin duda es alucinante, pues entre las dos hermanas suman un total de 30 Grand Slams ganados, 23 de Serena y siete de Venus. Cuentan con nueve medallas olímpicas, con ocho oros, donde tres de ellos son en dobles.
Han conseguido ganar 14 dobles majors; un total de 330 semanas tuvieron a alguna de las Williams como número 1 del Rankin WTA y entre las dos, han ganado 134,5 millones de dólares en premios de torneos.
Si bien Venus y Serena fueron rivales en el tenis por más de dos décadas, las hermanas siempre demostraron uno de los valores más importantes del deporte, el respeto por el rival, pues en más de una ocasión, la una y la otra se llenaban de elogios cada que se enfrentaban, siempre demostrando felicidad por su hermana, incluso si esta acababa de derrotarlas, pues se definían como “mejores amigas”, porque antes que rivales, son hermanas.