Inicia temporada con Novillada
Los fallos con la espada impidieron a Bruno Aloi cortar sendas orejas durante la novillada celebrada esta noche de sábado en la Monumental Mérida, con la que el torero capitalino retomó su temporada mexicana luego de su paso por España, sólo saludó en el tercio donde la afición reconoció su labor en el segundo de su lote.
El segúndo de la noche fue un tanto incierto de salida y arrolló a Bruno con el capote, cuando pisó un hoyo y resbaló en la cara del novillo, pero sin consecuencias que lamentar. Consciente de que había que llevarlo muy tapado, en una faena estructurada y concisa, en la que pisó terrenos comprometido para sacarle partido. Mediado el trasteo acortó las distancias para encelarlo y le dio muletazos con temple por los dos pitones, procurando gustarse en trazos largos, hasta que el ejemplar acabó rajándose. Mató de un pinchazo y estocada contraria, de la que el novillo tardó un poco en doblar después de que el puntillero lo levantó.
Al quinto lo toreó muy bien con el capote, mediante unos tersos lances a pies juntos que remató con una media verónica y un recorte. Comenzó la faena doblándose con suavidad, tratando de torear con pulso las embestidas de otro ejemplar noble, al que le dio distancia entre las series para darle su tiempo en muletazos de fino acabado, aunque a cuentagotas debido a la falta de repetición del novillo. Al final del trasteo sufrió una voltereta cuando toreaba al natural, y a la hora de entrar a matar colocó una estocada caída que él mismo se apresuró en sacar, para después intentar volver a emplear la espada, pero ya no fue posible porque el novillo dobló.
El novillo de regalo, también de La Guadalupana, embestía rebrincado y arrollando, así que Bruno tiró de oficio para solventar las dificultades a lo largo de una faena interesante en la que hizo gala de entrega y disposición, pero sin el remate de la espada.
FICHA EL FESTEJO.
Plaza Monumental Mérida, Yucatán.
Primer festejo de la temporada 2024-2025. Poco menos de media entrada. Fueron lidiados siete novillos de La Guadalupana (el 7º., como regalo), desiguales en presentación, nobles en general, de los que destacó el cuarto por su calidad y duración.
Eduardo Neyra: Ovación y vuelta tras aviso.
Bruno Aloi: Ovación tras petición, ovación y silencio en el de regalo.
Julio Ventura “Venturita”: Palmas y vuelta.