Por Sergio Spinoza / ESPECIAL
En noviembre es una tradición mexicana el honrar la memoria de los que ya no están y dentro del deporte no es la excepción, por eso, hoy en TitanSports recordaremos a la leyenda mexicana Soraya Jiménez.
La medallista de oro en Sidney 2000, Soraya Jiménez Mendívil nació el 05 de agosto de 1977, en Naucalpan, Estado de México, desde muy niña se le dieron todos los deportes y la futura olímpica destacó en natación, en bádminton y en baloncesto, hasta llegar al levantamiento de pesas.
La entonces adolecente descubrió su gusto por la halterofilia entre los 12 y 14 años de edad, por lo que se dedicó de lleno a dicha actividad y sus profesores vieron en Jiménez buen potencial pues la joven podía soportar grandes pesos, y fue así que comenzaron a inscribirla en torneos locales y nacionales.
Jiménez avanzaba a pasos agigantados, escalaba cada vez más en la disciplina, pocos años después de iniciarse en las pesas, la atleta mexiquense pudo obtener su primer logró internacional, cuando a los 16 años conseguía un tercer lugar en la copa NORCECA, en Colorado Springs, EUA.
Jiménez Mendivil, se convertía en una realidad, después de ese tercer lugar la mexicana no soltaría los podios de las competencias donde asistía, en 1996 consiguió su primer oro, conquistando el Torneo Simón Bolívar de Venezuela, levantando 170 kilos, convirtiéndo un récord mexicano.
Para 1997 el Comité Olímpico internacional, dio el sí para que por primera vez en la historia las mujeres participaran en halterofilia como deporte olímpico dentro de los Juegos de Sidney, noticia que motivó a Jiménez para arrasar con las siguientes competencias, ganando la Olimpiada Juvenil, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1998, obteniendo plata en los Panamericanos de 1999, entre otras competencias internacionales, mismas que le permitieron clasificarse para los Juegos Olímpicos de Sidney, 2000.
El camino deportivo de Soraya brillaba, sin embargo, para la atleta mexicana no todo era miel sobre hojuelas, la campeona tuvo que abrir camino en una disciplina que nadie practica en México, tuvo que picar piedra, tratar de lograr apoyos, patrocinadores, entrenador, lugares para practicar, etc. Y todo esto dentro de un entorno lleno de barreras por ser considerado hasta entonces un deporte sólo de hombres.
Soraya Jiménez le hizo frente a todo, luchó contra la discriminación de un deporte, su trabajo no sólo era en el gimnasio, también fuera de él, la propia Soraya fue quien consiguió que una empresa de gas donde trabajaba su padre se sumara como patrocinadora, por su parte buscó y encontró a su entrenador: el búlgaro Georgi Koev, quien estuvo dispuesto a sumarse al proyecto.
La nacida en Naucalpan se sometió a un duro entrenamiento alejada de todo de cara a la cita olímpica de Sidney, para lo que la pesista se concentró durante un año en Bulgaria, alejada de cualquier distracción.
Fue así que el lunes 18 de septiembre del año 2000, a las 05:00 de la mañana, llegaría el momento más glorioso en la carrera de Soraya, levantó 95 kilos, y en la prueba de dos tiempos consiguió cargar 127.5 kilos, con lo que Jiménez pudo imponerse a la favorita norcoreana Ri Song Hiu.
La atleta mexiquense hizo historia y se convirtió en leyenda luego de grabar su nombre con letras de oro dentro del deporte mundial, por primera vez en todos los tiempos una mexicana subía a lo más alto del podio olímpico, conseguía la medalla dorada e hizo sonar el himno nacional.
En cuestión de minutos la deportista nacional tenía al país hablando de su hazaña, todo México celebraba el oro olímpico de Soraya, la desconocida mexicana era portada en todos los diarios, su logro era noticia internacional.
La gloria deportiva de Jiménez se quedará para toda la vida, sin embargo el buen momento de la deportista duró poco, desafortunadamente el cuerpo de la atleta cobró factura, una lesión de rodilla y una serie de escándalos darían inicio con el fin de la carrera de Soraya.
Después de su sorprendente triunfo en Sidney, el medio deportivo esperaba mucho de Soraya, la clasificación para el próximo ciclo olímpico daba inicio, pero lamentablemente, diversas circunstancias fueron alejando a Jiménez del camino rumbo Atenas 2004.
A partir de ese momento, no volvió a ser la misma, la lesión de rodilla izquierda de la que más tarde fue operada un total 14 veces la dejó fuera de las competencias y en el 2004 Soraya anunciaba su retiro.
Después, le fueron retiradas las becas y a partir de ese momento la salud de la medallista de oro fue empeorando cada vez más, la deportista padeció la pérdida parcial de un pulmón debido a 3 cuadros de influenza y por si fuera poco, al tiempo sufrió también de cinco paros respiratorios, al grado de entrar en un coma y ser entubada en terapia intensiva.
Soraya tenía entonces la competencia más difícil de su vida, de la que pudo reponerse, al salir del hospital Soraya comenzó la carrera de Derecho, mientras daba asesorías y preparaba a los jóvenes para ganarse la vida y así pasó sus últimos años de vida.
Después de lo vivido, familiares y amigos de Soraya la veían bien, retomando actividades, la ex atleta estaba mermada físicamente, pero cada vez mejor, disfrutando de una nueva etapa de su vida, cuando un repentino paro cardiaco le arrebató la vida.
La inesperada muerte de Soraya, llegaría el 28 de marzo del 2013, con apenas 35 años de edad, la mítica deportista conmocionó al país con la noticia de su partida.
La leyenda de Soraya, se quedará para toda la vida, fue un ejemplo de superación, una campeona, pionera del feminismo deportivo y la primer atleta mexicana mujer en conseguir la gloria olímpica, sin ninguna duda alguna el legado de Jiménez seguirá llenando de orgullo a los mexicanos.