Por Ricardo Valseca / ESPECIAL «¡Machorra, ese deporte es para hombres!» «¿Qué? ¿Te gusta que te peguen o qué?» «¿A poco si luchadora? ¡Hazme una llave!», con estas palabras a cuestas y apenas 16 años, Quimera empezaba a buscarse un lugar en el mundo de la lucha libre. Con bases en la lucha grecorromana, existen registros de que en 1863 la lucha libre ya existía en México, pero fue hasta el 12 de julio de 1935 cuando las mujeres debutaron en este deporte y nacieron las luchadoras mexicanas. 72 años tuvieron que pasar para que las “damas del cuadrilátero” hicieran su aparición en los encordados, abriendo el camino para las mujeres en un deporte que había sido considerado exclusivamente varonil. Sin embargo, en 1954, 19 años después de su debut en el pancracio, se les puso un alto cuando el entonces comisionado de Lucha Libre Luis Spota, el regente Ernesto Peralta Uruchurtu y José Fernández Bustamante, jefe de espectáculos del Distrito Federal, argumentaron que el deporte se denigraba si era practicado por mujeres. Fue así que las mujeres tuvieron que esperar 32 años para que, en un domingo 21 de diciembre del 1986, las pudieran regresar a luchar en el Estado de México. Poco a poco las gladiadoras pudieron mostrarse más, abriéndose paso en diferentes recintos luchísticos como el Toreo de Cuatro Caminos, la Arena México, la López Mateos, la Arena Naucalpan y la Arena Coliseo. Al principio no le fue tan bien a las funciones donde participaban las gladiadoras, pues la opinión de la afición se guiaba por estigmas que las mismas luchadoras mexicanas estaban rompiendo. En este camino surgieron titanes del pancracio como Natalia Vázquez, quien debutó en la lucha libre mexicana en 1935, ese mismo día pasó a la historia como la primera mujer mexicana en convertirse en luchadora profesional. “La Dama Enmascarada”, fue la primera luchadora en usar máscara y primera campeona nacional en 1955. Asimismo, Irma González fue otra de las pioneras de la lucha libre femenil y una gran campeona que tuvo infinidad de históricas victorias a lo largo de su carrera. Al inicio tuvo conflictos con sus colegas hombres quienes, para la época, creían que la lucha libre era un deporte sólo para varones. Por su parte, Chabela Romero fue una luchadora mexicana que comenzó su legendaria carrera en Japón, destacando principalmente en las décadas de los setenta y ochenta. Irma González, Chabela Romero, Toña la Tapatía, “La Dama Enmascarada”, “La Jarochita” Rivero y otras fuertes mujeres fueron las que abrieron camino para que luchadoras mexicanas como Lola González, Pantera Sureña, Vicky Carranza, Martha Villalobos y Rossy Moreno tuvieran una oportunidad en el cuadrilátero. Sin embargo, pese al esfuerzo de estas titanes, hoy en día las luchadoras que buscan un espacio en la lucha libre aún tienen que lidiar con estigmas y situaciones adversas. A los 14 años, Krazy Star tomó la decisión de ser luchadora, pero su propia entrenadora, Cynthia Moreno, y otras personas de su gimnasio no confiaban en ella. “En algún momento alguna de mis maestras me llegó a decir que yo siempre iba a ser luchadora de mercados, que yo nunca iba a debutar; los mismos compañeros a veces eran muy toscos conmigo”. Sin embargo, el mayor problema al que tuvo que enfrentarse fue cuando comenzó a sufrir acoso por parte de otros luchadores. Sobre este tema, Krazy Star mencionó que muchos de sus compañeros intentaron chantajearla para que saliera con ellos a cambio de tener mejores entrenadores, y nos cuenta que “había veces que me tenía que ir lejos, en los autobuses, con todos los compañeros y a mí me daba mucho miedo, siempre trataba de irme con las luchadoras que ya llevaban muchos años… o intentaba irme hasta adelante del camión, porque la verdad si me daba mucho miedo”. Las advertencias de las luchadoras veteranas eran constantes y Krazy Star nos comparte que siempre le decían “cualquier cosa que te den no la aceptes, así sea una botella de agua, lo que sea, no lo aceptes”. Y añadió, “me toco ver el caso de una compañera, le dieron una botella con agua cerrada y afortunadamente estaba su mama en esa función y su mama sólo vio como ella se quedó mareada y ella (la luchadora) no se acuerda de nada de lo que pasó ese día”. Lamentablemente, la luchadora internacional declara que estos sucesos no son aislados, “uno está expuesto a esas cosas; y más en ese entonces, yo siendo una niña, pero afortunadamente siempre tuve el apoyo de mis compañeras”. Estos casos de acoso siguen estando presentes en la lucha libre mexicana y Krazy Star es tajante al decir que “nunca falta el luchador que se quiere aprovechar de que son chiquitas, de que tienen sueños”. Quimera, “La Fantasía Demoniaca”, también ha sido víctima del machismo, “nos hemos quedado detenidas, estancadas, porque no es lo que el público espera, porque no traes un gran escote, porque tú no vuelas como fulano, porque estás muy chaparrita y siempre te ponen un «pero» siendo mujer, si estás chaparrita, si no estás buenota, si no tienes cinturita, si no se las prestas a fulano, si tienes novio”, comentó. De forma tajante, “La Patrona” dijo que “sí, si hay ese machismo, en todos los sentidos, tanto en lo sexual como en lo laboral, porque como eres mujer no aguantas. Obviamente, tú tienes el claro ejemplo en un cartel ¿Cuántas luchas son? ¿5? ¿Cuántas son de mujeres? ¿Por qué?”. Y agregó, “lo que te estoy contando no es algo que he visto, es lo que he vivido. No puedo creer que en una cargada te tengan que agarrar de la entrepierna o que te tengan que agarrar directo de un seno y después de años darme cuenta que no era por ahí. Viene el acoso y cuando tú te quejas te quieren sacar porque eres problemática. Y dicen: “ya no te quiero en tal empresa porque dijiste que yo te invité un vino y no te lo quisiste tomar conmigo,