Por Sergio Spinoza / ESPECIAL
La autoridad imparcial de un referee o juez está presente en todos los deportes, en el futbol se trata de la máxima autoridad dentro de la cancha de juego. Es una función realizada por especialistas que requiere el desarrollo de capacidades específicas y de un físico a la par de los jugadores.
Hoy nos dimos a la tarea de adentrarnos en el arbitraje amateur y platicamos con varios silbantes del llamado futbol llanero, como coloquialmente se le conoce al futbol de estos niveles.
El futbol soccer es, sin duda, una de las más grandes pasiones mundiales. En México se trata del deporte más popular y miles de fanáticos lo practican de manera regular, ya sea a manera de hobby, en una simple “cascarita” en las calles, escuelas, barrios, parques, canchas y los famosos llanos, cuyas principal característica es que son torneos de futbol en ligas regionales, municipales e incluso estatales, donde los equipos se enfrentan en terrenos baldíos o canchas privadas.
“El nacimiento del árbitro”
En los inicios del futbol Soccer, a mediados del siglo XVII en Inglaterra, el balompié se trataba de un deporte practicado únicamente por la nobleza, la aristocracia y la burguesía del reino, pero poco a poco se convirtió en una actividad en crecimiento y levantaba las mismas pasiones de hoy en día.
Sin embargo, la ausencia de reglas claras y unificadas, provocaba un sinfín de dudas durante los encuentros para marcar las jugadas polémicas. Esto provocó la aparición de varios reglamentos “oficiales” y de los “ampáyeres” que fueron los primeros referes de fútbol y que, más que jueces o árbitros, eran una especie de interventores, había uno por cada equipo y debían saber las reglas de cada región y mantener informado a su equipo de ellas en todo momento, se colocaban detrás de las porterías contrarias, y así, si resultaba una jugada polémica, se definía entre ellos dos, guardando el orden en los jugadores.
Fue hasta finales del siglo XVII que el árbitro central pasó a tener toda la autoridad en el campo de juego, percibiendo un pago por cada uno de los equipos, llamado “arbitraje”, más tarde, ese referee se convirtió en el árbitro y los ampayers pasaron a ser los jueces de línea, renunciando a ser parte de sus equipos para pasar a ser los asistentes del árbitro central, mejor conocidos como abanderados.
“Los árbitros llaneros”
El futbol llanero no escapa al reglamento oficial, mucha gente piensa que arbitrar es algo tan fácil como agarrar un silbato, entrar a la cancha y ponerse a pitar un partido, pero no es así, es una labor que requiere conocimiento del reglamento, condición física, visión de juego, carácter, paciencia y, sobre todo, mucho temple.
Pocas personas conocen este oficio, pero un gran número de árbitros profesionales se formaron en los llanos, exponiéndose a ser golpeados, correteados y agredidos.
En TitanSports acompañamos en un día de trabajo a Daniel “El Tepis” Hernández, árbitro de profesión desde hace 27 años y que desempeña su labor en canchas de la Ciudad de México y sus alrededores.
El “Tepis” nos citó en su casa desde muy temprana hora del día, aún no amanecía cuando el silbante, de 49 años de edad, ya alistaba sus cosas para salir a trabajar, y mientras lo hacía nos platicó cómo inició en el arbitraje. “Todo se fue dando, yo inicié cuando hizo falta un árbitro, un día que fui a jugar en el Ajusco, el dueño de la liga me pidió que arbitrara, aparte, la paga se me hizo atractiva y de ahí para el real, estamos ejerciendo este hermoso trabajo desde entonces”.
Al cuestionar a Daniel “Tepis” Hernández, si disfruta su trabajo, el juez central respondió, “Esto es un placer para mí, para las personas que nos gusta hacer esto es de amor, porque si lo hacemos como trabajo independientemente de que vivas de él, no lo disfrutas y cuando tu disfrutas algo y te apasionas por algo, pues ya no se le llama trabajo, para mi es una pasión que me va llenando”.
Daniel revivió durante la charla algunos momentos de esos 27 años de carrera, como el día que fue reconocido como el mejor árbitro del Colegio de Árbitros del Distrito Federal.
Daniel Hernández trabaja cerca de 8 partidos semanales, la paga de cada uno de ellos depende de cada liga, pero en promedio el silbante percibe $350.00 pesos por partido y nos comentó, de manera general, qué se necesita para poder desempeñar sus funciones y dedicarse a esto: “Es un trabajo de conocimiento, debes aprenderte las reglas, tener buen recorrido de cancha, buenos desplazamientos y sobre todo, el gusto por esto, no cualquier persona se mete de árbitro, si no sabes pitar bien, a las primeras de cambio te van a agredir, porque debes tratar con 22 gentes de las cuales el 90% del tiempo están en desacuerdo con tus sanciones”.
“Hay árbitros de todo tipo, así como en los jugadores que hay buenos y malos, en el arbitraje también pasa, pero un error de marcación no es para que corra riesgo nuestra integridad física, eso es lo que vuelve al arbitraje como un trabajo de riesgo, en mis inicios a mí me agredieron, esa es la parte más complicada de esta labor, lo más recomendable para los chavos que le entran a pitar fuera de aprenderse el reglamento, es que entren a una liga que les dé garantías, una liga que los cuide, porque hay muchas que no tienen ni los datos de los jugadores y en un accidente no sabrás ni en contra de quién podrás proceder legalmente”, agregó “El Tepis”.
Daniel Hernández continuó alistando sus cosas, revisó que no le faltara nada: tarjetas, silbatos, pluma, libreta, documentos, reloj, zapatos y uniforme, pues ya casi llegaba el momento de salir con rumbo a San Juan Teotihuacán donde comenzaría su día laboral y todo debía estar en orden. Antes de partir, “Tepis” se dio el tiempo de mostrarnos parte de su legado como árbitro de futbol, abrió un cajón y saco el baúl de los recuerdos: fotos, reconocimientos, gafetes y hasta dedicatorias que resguarda celosamente el colegiado.
Ya muy temprano en el terreno de juego, Daniel fue el primero en llegar, el silbante debía revisar que la cancha estuviera lista, bien delimitada con las líneas de cal, las redes de las porterías en condiciones y bien puestas, los banderines de las esquinas ya colocados, ya que sin estos requisitos Hernández no puede pitar el juego, sobre esto el árbitro nos detalló: “Es un camino largo, pero con mucho gusto estamos aquí trabajando y venimos a hacer la labor, vamos a checar los registros con su hoja de alineación, todos bien uniformados con su nombre y número, para poder dar inicio al juego”.
Y así comenzó “El Tepis” su jornada, sacando el carácter para imponer la autoridad del reglamento en cada jugada, brillando por su experiencia y teniendo el control del juego en todo momento.
Dentro de las acciones de juego, al término del primer tiempo, platicamos brevemente con Francisco “El Pancho” Chávez, delantero del Sporting, quien confesó que el oficio del “Tepis” es un trabajo difícil: “No cualquiera se avienta para ser árbitro, es un oficio difícil, tanto como él, como nosotros que debemos ayudarlo a que se lleve a cabo un buen partido”.
“Yo no he pasado de palabras o contradicciones con las marcaciones, pero he llegado a presenciar agresiones, he visto que no les parece la marcación y se les van a los golpes”, agregó el número 9 del Sporting San Juan.
Al término del primer cotejo de su jornada laboral, Daniel nos comentó que fue un partido tranquilo; “Relajado, todo bien, se dedican a jugar los muchachos, ahorita vamos a silbar otro juego, vamos por el segundo, trabajamos el último y ya nos congregamos todos los árbitros en determinado campo, comemos, echamos un taquito entre todos, un refresquito, nos pagan y ya a nuestras casas”, puntualizó Daniel Hernández.
Ya en la junta de los silbantes, conocimos al Lic. Alfredo Torres Garibay, presidente del Colegio de Árbitros de Futbol del Distrito Federal, colegiado con más de 40 años de experiencia en el arbitraje amateur, de los cuales 10 fueron como árbitro profesional en primera división, Torres Garibay nos compartió que actualmente se dedica también a preparar a los nuevos árbitros, jóvenes que toman clases y cursos para emprender la carrera del arbitraje, al respecto nos dijo el presidente:
“El arbitraje se inicia con una vocación, posteriormente tienes que prepararte, conociendo las técnicas y el desarrollo, no es llegar y únicamente meterte a arbitrar, es un proceso. Primeramente, debes de ser asistente, estudiar e ir poco a poco, nosotros tratamos de impulsarlos, dentro del Colegio también tenemos una bolsa de trabajo, para que lo puedan hacer de una manera óptima, del arbitraje se puede vivir y no se vive mal”, declaró Alfredo Torres.
Por otra parte, también conocimos a la árbitro Geraldine Escobar, quien tiene 5 años de experiencia pitando partidos, Escobar se dice a gusto con su trabajo, menciona que le inspira ver más mujeres dentro del futbol: “Es una profesión que me gusta mucho, el arbitraje me ha dado muchas cosas, he conocido muchos lugares y la verdad me da mucho gusto, porque yo como mujer y como árbitro, no había visto muchas árbitros mujeres y ahora que cada vez hay más, es una inspiración para mí, para cada vez llegar más lejos”.
Así como Daniel y Geraldine hay un tanto más de silbantes, que combinan la labor arbitral con otro trabajo, tal es el caso del Licenciado Medina, que es árbitro, Licenciado en Administrador de Empresas y próximamente abogado.
El Lic. Medina declaró que, a pesar de sus dos licenciaturas, él toma el arbitraje con seriedad y como su trabajo de fines de semana, “El arbitraje es una profesión como las otras, porque también de esta generamos, esto que nos da el arbitraje es lo que completa, por ejemplo, para comprar mi despensa, para comprar otras cosas que necesito día a día en mi casa”.
Y fue así como concluimos un arduo día laboral de la mano del “profe Tepis”, como los jugadores de las ligas tambien le llaman al arbitro Daniel Hernández.
Con esto nos damos cuenta que el fútbol no es sólo el que se ve en la televisión, ahora sabemos que en el llano existe un trabajo de alto riesgo, un oficio que se nutre en un ambiente difícil, donde los silbantes llaneros regularmente viven situaciones delicadas en su día a día, donde se exponen por momentos a cualquier tipo de agresión tanto física o verbal, pero que a pesar de ello lo continúan haciendo: por pasión, por amor al futbol, por necesidad o por gusto a su trabajo.
Queda claro que mientras la pelota siga rodando en los llanos, los árbitros seguirán trabajando.