Enrique Ponce inició su gira de despedida en el continente americano y eligió la Plaza de Toros de Acho para ello. Los asistentes a esta tarde de domingo pudieron vivir un festejo inolvidable y lleno de arte y nostalgia con un torero que brindó una cátedra de arte y clase durante la lidia del último de su lote.
Pudimos ver al torero de Chiva entregado y realizando una faena por derecho y con tandas de naturales templadas, acariciando la embestida al mejor toro de la tarde, el quinto, pese a no haber tenido suerte con sus dos primeros, la estocada certera le valió el corte de dos orejas y la sentida ovación de la afición limeña en su vuelta al ruedo.
Joaquín Galdós fue el alternante de este mano a mano, tuvo dos faenas de mando y poder que se malograron con la espada, al cuarto pudo cortarle una oreja luego de lidiar desmayado y estoico con la muleta en los medios. El cierra plaza no dio opciones y escuchó palmas.
El encierro de El Pilar, hierro debutante en esta plaza, terciado en presentación, fue justo de fuerza, el sexto fue devuelto por estar reparado de la vista y el reserva no dio juego. El astado más destacado fue el quinto que tuvo empuje y la fuerza indispensable para su lucimiento, recibió palmas en el arrastre.
Al final del festejo, Enrique Ponce fue sacado a hombros de inicio por su ahijado Andrés Roca Rey y después llevado por la afición ante los gritos de ¡Torero, torero! Se va un torero de época y se despidió de una plaza que tanto le ha querido y que llevará esta tarde en la mente siempre.
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