Después de 11 días de recorrido por Grecia, la antorcha olímpica llegó al Estadio Panatenaico para ser entregada a los organizadores franceses de estos Juegos Olímpicos y zarpar hacia Francia.
La llama olímpica, la cual fue encendida el pasado 16 de abril, ya va rumbo a París después de terminar su pequeño viaje de 11 días por Grecia, donde su último destino fue el Estadio Panatenaico, en Atenas, sede de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896.
Acompañada de una ceremonia que fortalecía los lazos entre los pueblos griegos y franceses, la antorcha olímpica llegó del brazo de la marchista griega Antigoni Drisbioti, quien fue recibida en el emblemático estadio de mármol con aplausos.
La llama olímpica pasó de Drisbioti a la patinadora francesa Gabriela Papadakis, quien posteriormente entregó el fuego olímpico a su compatriota Béatrice Hess, paratleta francesa más galardonada en la historia del país, finalmente, el último portador en Grecia fue Ioannis Funtulis, capitán del equipo de waterpolo griego, quien encendió el pebetero en Atenas.
Al igual que en la ceremonia de encendido, en el Panatenaico estuvo presente la suma sacerdotisa, quien entregó el fuego del pebetero a los representantes franceses de estas olimpiadas.
Así, la llama olímpica partió por primera vez en la historia por vía marítima desde Grecia al país anfitrión, esto gracias al histórico velero francés de tres mástiles, el “Belem”, una embarcación que tiene la misma edad que los Juegos Olímpicos modernos, 128 años.
Se espera que el “Belem” arribe a las costas de Marsella el próximo 8 de mayo, donde ahí comenzará el recorrido del fuego olímpico por Francia, a menos de 100 días de que inicie París 2024.
