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ADOLFO RÍOS Y GUILLERMO OCHOA, CUANDO MAESTRO Y ALUMNO SE REENCUENTRAN

SERGIO SPINOZA \ 17-08-22

 

Durante la previa del partido entre el América y Pachuca, se vivió un emotivo momento: el reencuentro de dos viejos conocidos, el portero de las Águilas Guillermo Ochoa y el ex guardameta, ahora comentarista, Adolfo Ríos, quienes se saludaron fraternalmente fundiéndose en un cariñoso abrazo.

Hace 18 años, en el 2004, Adolfo Ríos era el portero estrella en  el América y uno de los mejores porteros de la época, el también conocido como el “Arquero de Cristo” tenía para entonces 38 años de edad y se encontraba en la recta final de su carrera. Adolfo debutó como profesional en 1985, año en el que apenas estaba naciendo su heredero en la portería americanista, Francisco Guillermo Ochoa.

Paco Memo para el 2004 era aún muy joven y ni siquiera figuraba en el mundo del futbol, el guardameta era el tercer portero de los de Coapa y se veía aún muy lejos su debut, sin embargo, en el futbol nada esta escrito y en ese mismo año, Ríos tuvo que ser operado, la portería de Las Águilas en ese torneo era un hospital y el suplente de Adolfo también estaba lesionado, por lo que el DT de América, Leo Beenhakker, no tuvo más remedio que debutar al arquero de las fuerzas básicas, Memo tenía 18 años y jugó dos partidos con grandes actuaciones.

Más tarde Adolfo regresó de su lesión y se apoderó nuevamente de la titularidad, relegando a Paco Memo a la banca nuevamente, para ese entonces Ríos ya llevaba un par de años siendo su mentor.

Ríos y Ochoa coincidieron durante 4 años en el América donde el primero al llegar su retiro dejaría la portería en manos de su alumno, para el 2005 Memo ya era una realidad, se apoderaba del arco americanista, incluso al grado de convertirse en un ídolo del equipo, convirtiéndose en uno de los mejores porteros  e incluso siendo seleccionado en el 2006 tan solo dos años después de su debut, para su primera Copa Mundial.

El resto en la carrera de Memo es historia, pero gran parte de su trayectoria, al menos en sus inicios se los debe a su profesor, al “Arquero de Cristo” Adolfo Ríos.

 

 

 

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